Hay distintos tipos de autocuidado, todos ellos son importantes para una buena salud física y mental.
Autocuidado físico
Es el estilo de vida que llevamos. Tanto los hábitos de alimentación, de sueño como de actividad. Es importante llevar una dieta sana y también dormir un mínimo de horas para estar descansado y rendir bien el día. Así como tener un equilibrio entre las horas de trabajo y de ocio. Igualmente, también es importante tener cierta flexibilidad y no ser demasiado rígido en estas pautas de autocuidado, ya que en ese caso se convierten en una fuente de estrés más que en una forma de proporcionar bienestar.
Autocuidado cognitivo
Es la forma en que me hablo a mí mismo. Está relacionado con la autoestima, si somos muy críticos con nosotros mismos, esto afectará a la sensación de autovalía. Es importante afrontar nuestros errores o dificultades con perspectiva, valorando el aprendizaje y poniendo remedio para futuras situaciones parecidas. Por otro lado, también debemos valorar los avances que vamos haciendo, reforzarnos positivamente y nombrar lo que sí hemos hecho bien.
Autocuidado emocional
Tener en cuenta nuestras emociones, darle la importancia que tienen y darles un espacio para escucharlas y buscar una solución. Para ello hay 4 pasos a seguir, que son los siguientes:
- Sacar la emoción. Encuentra un espacio seguro ya sea solo o en compañía para poder expresar la emoción. La tristeza se alivia llorando, la rabia puede ser haciendo una actividad física, gritando, corriendo o saltando. El miedo en cambio se suelta temblando. A veces, también podemos llorar de la propia frustración, miedo o rabia. Cualquiera que sea la manera está bien, lo importante es vaciarnos de la emoción. Hay personas que se sienten mejor soltando su emoción estando solos y otros en compañía. Otra forma de sacar la emoción es hablando sobre lo que se está sintiendo y lo que me ha hecho sentirme así.
- Ver qué necesito. La segunda parte es analizar lo que me ha hecho sentir mal. Ver qué hubiera necesitado para no sentirme mal y qué necesito ahora para repararlo. Otras veces tiene que ver con la relación conmigo mismo, necesito ser menos exigente, menos crítico, hablarme bien y valorar mis progresos.
- Pedir lo que necesito. Una vez que tengo claro lo que necesito voy a ir a buscarlo.
- Negociar. A veces donde estoy buscando no encuentro. En ese caso debo buscar en otro sitio o negociar con la persona para llegar a un acuerdo. A veces tengo que negociar conmigo mismo, con dos partes internas, una quiere hacer una cosa y la otra lo contrario y mi parte adulta debe encontrar el punto medio.
Al principio tendremos que hacer un esfuerzo para aplicar estos nuevos hábitos, pero con el tiempo saldrá de forma automática y por supuesto, nos harán sentirnos mejor.
Psicóloga especializada en EMDR y Terapia Gestalt. Con experiencia en traumas de apego, abuso, ansiedad, depresión y dependencia emocional. Trabajo en mi gabinete en Sevilla desde 2015, donde he atendido exitosamente a más de 250 casos. Valoro la conexión entre cuerpo y emoción, enriquecida por mi formación en danza.
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